EL FESTIVAL

Zakatumba –Festival de Cultura de la Muerte– nace con el propósito de abordar el fenómeno de la muerte desde múltiples puntos de vista, combinando una perspectiva más lúdica y cultural con una vertiente reflexiva y generadora de pensamiento. La última semana de octubre y la primera de noviembre, Vitoria-Gasteiz se convierte en escenario privilegiado para festejar la vida mientras pensamos con la muerte. Este evento, único dentro del panorama europeo, pretende además contar con la participación de múltiples agentes y actores culturales de la ciudad, planteando un diálogo entre distintas expresiones artísticas –música, danza, ilustración, teatro, literatura– a lo largo de su programa. ¡Os esperamos!

Desde sus inicios, en Sans Soleil hemos prestado siempre una gran atención a las relaciones existentes entre la imagen y la muerte, y a todas las aproximaciones antropológicas y culturales de corte reflexivo sobre este hecho social atravesado por mil y un símbolos, significados, tradiciones y sentimientos. La muerte, qué duda cabe, es el gran tema. Hemos hablado sobre ella en distintos artículos, conferencias y libros, pero ya era hora de aproximarla a la ciudad y circundarla con actividades artísticas y culturales, de abordarla con rigor y desenfado, a partes iguales. Y el melancólico otoño vitoriano es un enclave ideal para, partiendo de la noche de ánimas y el día de todos los santos, repensar todos estos temas e ir armando un espacio adecuado de dialogo y creación.

La preocupación por la muerte siempre ha sido una constante en todas las civilizaciones, culturas y sociedades, marcando el ritmo de los principales acontecimientos de la vida. En nuestro presente, la muerte ha adquirido un papel complejo que se debate entre la ocultación y la voluntad de retrasar o modificar su presencia, transformando muchas de las antiguas tradiciones en actos de naturaleza muy diversa. El Día de los Difuntos, instante de gran carga simbólica que antaño canalizaba multitud de problemáticas y necesidades sociales, parece haber quedado ensombrecido por la popularidad irrefrenable de festividades de nuevo cuño como Halloween. Sin necesidad de entrar en cuestionamientos de valor, creemos que es un buen momento para echar la vista atrás y recuperar una cultura de la muerte más amplia y propia, en el marco de nuestra contemporaneidad, y en la que, sin duda, hay también un gran espacio para lo festivo. La muerte no tiene que ir necesariamente acompañada de un velo negro y triste; también es una ocasión perfecta para celebrar la vida.